Nos toca a los hombres

No es una cuestión de pinchazos, burundanga o manadas. Eso son solo los camuflajes que elige periódicamente el machismo para perpetrar su tiranía. El mal verdadero va bajo esos trajes. Y toda manifestación es poca. Toda denuncia en las redes sociales y reuniones es poca. Toda correa de transmisión de madres a hijos para que las siguientes generaciones traigan más sentido común y concordia es poca. Pero el cambio auténtico, el motor que echo de menos, es que los hombres nos signifiquemos más. Que sean los stories de Cristiano Ronaldo, Leiva o Ibai Llanos los que amplifiquen que nosotros, como grandes culpables y beneficiados por el machismo, somos el motor del cambio.

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